El rubor también conocido como colorete, es el encargado de
dar color a las mejillas. Un rubor bien aplicado ilumina y pone en relieve el maquillaje
completo del rostro. Aplicar un rubor en exceso o un tono inadecuado puede
arruinar el mejor de los maquillajes. Este producto tiene diferentes
presentaciones.
Cremoso: Por su textura es ideal para pieles secas. Se
aplica con una esponja de látex o con la yema de los dedos. Para obtener un
resultado muy natural se requiere esfumarlo perfectamente.
Líquido: Se aplica con una esponja de látex humedecida
con agua, es difícil extender y queda muy marcada, realmente no se puede conseguir un efecto tan natural como
con los otros.
Compacto: Es el más acudido por la mayoría de los
profesionales y personas que gustan del mundo del maquillaje. Es usado para
diferentes tipos de piel. Sin embargo es más recomendable para un cutis graso y evitar brillos en la piel. Este producto se puede aplicar con una brocha
gruesa de cuerpo y punta redonda.
Al momento de elegir un rubor
hay que tener mucho cuidado. Las mejillas deben de lucir unas chapitas o
sonrojeces naturales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario